sábado, 13 de noviembre de 2010

Traicionando principios

Mi admirado Groucho Marx dijo una vez "Estos son mis principios. Si no les gustan,....tengo otros". Esta jocosa frase, dicha en la fina ironía que inmanaba el carácter de Groucho, no es sino una advertencia a los que fácilmente que hoy en día se cambian de chaqueta.

Cuando alguien abandona los principios que ha sostenido como bandera y estandarte durante años, normalmente se suele deber a que los ha vendido o a que piensa que haciéndolo así alcanzará el objetivo que tiene marcado. Ambas situaciones son una mentira y conducen al mismo lugar: el que vende sus principios es un falso que no tiene ideas propias más que las de su propio beneficio y el que los abandona en pos de un fin no es sino lo que vulgarmente se llama un "trepa".

Ambos son mentirosos y traidores, de la peor clase: la que se miente y traiciona a sí misma. Ambos creen que el fin justifica los medios, y no les interesa cómo se obtiene un resultado sino la pura obtención del mismo. Prefiero tener a mi lado gente con ideas equivocadas ( o que yo crea equivocadas), pero defensores de sus principios, coherentes en sus actos e ideas, paladines de sus propios preceptos. Pues quien es capaz de vender sus principios, es capaz de vender cualquier cosa, hasta a los propios amigos.

Parafraseando a Montesquieu : La descomposición de toda Asociación comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fué fundada.

El que tenga ojos, que vea y el que tenga oídos, que oiga.

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